martes, 10 de enero de 2012

Kotobuki (Gourmet Experience)

Bueno, pues por fin vamos a comenzar las entradas sobre restaurantes. La idea era empezar por otro, pero ante la invitación de anoche, y antes de que se me vayan las cosas de la cabeza, inaugura esta sección el Kotobuki, además con una opinión diferente a la esperada.
Hablemos primero de la ubicación. En 2011, se abría en El Corte Inglés de Alicante el segundo Gourmet Experience de España (creo que ahora hay un tercero en Castellón), un mini parque temático para todos los que nos gusta pasearnos entre bombones  Godiva  o tropecientos tipos de sales distintas... Aunque no nos podamos permitir una gran parte de las cosas que tienen.
Pues entre todos los productos, que de verdad merece la pena ver de vez en cuando, abrieron establecimientos como Joselito, La Taberna del Gourmet o este Katabuki, que para el que no lo sepa, es la versión "económica" o hermano pequeño del Kabuki Wellington de Ricardo Sanz. En Madrid reparten a domicilio e incluso te lo preparan en casa en plan "show cooking". Aquí han puesto una mesa alargada con unos 16/20 taburetes en el que al estilo oriental, todo el mundo está sentado junto.
Después de elegir el sitio, nos sentamos a eso de las 21:05, sabiendo que cerraban a las 22, pero pensando que por el tipo de cena que iba a ser algo más o menos rápido. Craso error...
Un vistazo a la carta para finalmente pedir:
-Maki variado
-Sushi variado
-Pollo Teriyaki
-Anguila braseada sobre cama de arroz blanco.
Y aparte un par de copas de Riesling blanco que entraba muy bien y dos refrescos para quitarnos la sed antes. Primer error, traer el vino en primer lugar, pero bueno, tampoco había que empezar mirando todo con lupa, que al fin y al cabo estábamos de "celebración".
Nos sirvieron de aperitivo un pequeño cuenco con atún desmigado, sésamo, y salsa teriyaki, mientras nos avisaban de que no había salmón, y que si no teníamos inconveniente, en el sushi lo sustituirían por atún. Ningún problema.
Lo primero que nos trajeron fueron los Makis, y digo lo primero porque con el plato ya en la mesa, la soja no estaba por ningún lado hasta que la pedimos, y hablamos de salsa de soja, en un restaurante japonés!


Bueno, se puede ver que fueron dos de atún, dos de salmón y dos de pepino por un lado, y dos de salmón y aguacate, langostino y pepino, y anguila, aguacate y mango. Que os puedo poner el nombre, pero creo que así os haceis mejor a la idea.
Como veis simplicidad, pero bien de sabor, y pese a que empezamos a sospechar que precisamente no se acaba de hacer, el alga no estaba reseca, ni chiclosa o humedecida.

Hasta que no acabamos no vino el sushi, y de nuevo esto me pareció un error, pues son dos platos totalmente complementarios y teniendo en cuenta como iba el reloj, mejor servir a la vez aunque fuese avisando que dar prisa al final como luego veréis. Aquí se nos dice que tampoco hay anguila, y que si queremos sustituirlo por el atún teriyaki, así que bueno, aunque ya habíamos pedido el pollo así, aceptamos de nuevo.


Estas 6 piezas si que hacían mas honor al nombre del que goza el restaurante. De izquierda a derecha vemos atún con salmorejo, atún flambeado con mostaza de Dijon, pescado blanco con huevas, langostino, pez mantequilla con trufa, y anguila braseada (si...)
De los 3 que me correspondían, el de pescado blanco era excepcional, el de anguila muy bueno, y el de atún normal y corriente. Aquí ya no hay ninguna duda de que quizás a excepción de la anguila, el resto llevan hechos un buen rato. Es lo que tiene ver la capa superior de arroz con un tono distinto al resto...
En este momento es cuando pienso que la misma persona que está sirviendo, puede ocuparse de la cocina que no debe ser muy grande si se lo dejan preparado. Cuando más tarde oigo el sonido del microondas, me quedan menos dudas.

Viene el pollo


Una ración en mi opinión escasa para un plato que se supone que es para una persona y que ronda los 10€. Aquí ya no me queda más remedio que compararlo con el del Wasabi, que resulta ganador tanto en calidad como en cantidad. Ni mucho menos se puede decir que estaba malo, pero tampoco destacaba en nada. El pollo sin llegar a estar seco, si que le sobraba cocción, quizás por la parte elegida. El arroz, era más el de un sushi que el de una guarnición, bastante apelmazado.

Y terminamos con el atún... Y la cuenta. Un detalle que no nos pareció adecuado, pues podían haber avisado 15 minutos antes de eso mismo, que a las 10 les obligan a cerrar caja o lo que sea, pero plantar la cuenta junto a la comida en un sitio de nivel creo que para nada es correcto.


De nuevo ingredientes de calidad, pero también un exceso de cocción, y más hoy en día donde el atún cuando es bueno, ya es servido igual que un buen corte de carne roja, marcado pero apenas hecho en el centro. Aquí, en términos cárnicos se podría decir que lo sirvieron como si lo hubiésemos pedido "hecho". Por suerte ya digo que la calidad era buena y no resultó seco. Y bueno, teniendo en cuenta que teníamos la cuenta delante, pues nos lo comimos deprisa y para casa.

Mi conclusión es que si se quiere ir a un japonés de precio medio, tras esta experiencia, elegiría el Wasabi, pues le supera en todas las comparaciones que se me ocurren hacer, sobretodo en el servicio, que aquí dejó mucho que desear sin saber manejar los tiempos, y en detalles (y no tan detalles) como la falta de ingredientes, el del "arroz con costra" o el tener que pedir la salsa de soja.

Ah, para ser justos, tengo que decir que en vez del atún nos cobraron la anguila, que era cuatro € más barata, pero teniendo en cuenta que nadie (el camarero/cocinero) nos dijo ni una palabra, me quedaré con la duda de si fue un detalle hacia nosotros o simplemente un error de facturación.

2 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo, esto de los "casual" restaurantes empiezan a ser una tomadura de pelo, los precios son no "casual" pero todo lo demas (servicio y confort) dejan mucho que desear.

    Saludos

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  2. Muchas gracias por la visita y el comentario Fernando.
    La verdad es que hay que andar con mucho ojo, es un poco como el boom de hace unos años donde con 4 ingredientes y un molde, muchos restaurantes ya se autodenominaban cocina de autor.
    Lo malo es que con un nombre como el Kabuki detrás, hay que esperar mucho más.

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